EL ANTES Y EL DESPUÉS DE UNA PERRITA QUE LO TENÍA TODO PERDIDO.

Todavía no han pasado dos meses desde que recibimos aquella primera foto de Libby. Desde aquel «cógela, ya nos buscaremos la vida».
Cuando la vimos en persona, el mundo se nos vino abajo. Pocas veces hemos visto un animal tal extremadamente delgado, consumido y derrotado. Apenas llegaba a pesar 5 kg.
No sabíamos a qué nos enfrentábamos. Podía tener cualquier cosa. Pero aun así, aunque en aquel momento también atravesábamos un bache, no fuimos capaces de negarle la ayuda que necesitaba. Era un caso extremo, y para los casos extremos siempre nos apretamos todo lo que podamos.

Tuvimos la suerte, más bien, ELLA tuvo la suerte de que no tenía ninguna enfermedad grave. Su problema era una desnutrición severa, hongos en la piel y anaplasma.
Su primera comida fue un auténtico espectáculo. Casi se come nuestros dedos…
Así que confirmamos lo que temíamos. Se trataba de un animal al que habían dejado encerrado en algún lugar, privado de comida. Un animal medianamente sano nunca podría llegar a ese estado de inanición al borde de la muerte.

¿Os imagináis lo que tuvo que vivir? ¿El hambre que tuvo que pasar hasta llegar a ese estado? …

Hoy, casi dos meses después, Libby ha renacido.
Su pelo brilla como nunca, sus músculos son fuertes y le permiten correr y saltar como la cachorra que es, ha recuperado su peso, llegando casi a los 10 kg.
Su sonrisa ilumina nuestras vidas.
Su alegría es contagiosa hasta para el corazón más duro.
Lo cariñosísima que es no se puede explicar con palabras. Jamás hemos conocido a un animal tan pegajoso, agradecido, noble y confiado, después de haber pasado un auténtico calvario.
Nos quiere con su vida.
Y nosotras, la amamos con todo nuestro corazón.

Hoy, casi dos meses después, y a falta de su última analítica para poder ponerle sus vacunas y castrarla, a Libby le espera un futuro maravilloso, con una familia que conocemos mejor que bien. Una familia que forma parte de nuestras vidas como pocas, y que la espera con toda la ilusión del mundo.

¿Sabéis?
Con Libby nos demostrasteis de nuevo una humanidad sin precedentes. Nos hicisteis saber que seguís ahí, para ellos, para ayudarles. Que nunca nos dejáis solas por muy difícil que sea el caso. A Libby le salvasteis la vida vosotros. Nosotras sólo hicimos lo que vosotros nos permitisteis.
En su nombre, en el nuestro y en el de todos los animales que están por llegar… GRACIAS.